Hace unos días falleció aquel comediante de humor blanco conocido como “Capulina”, un tipo con el que crecimos aquellos que ahora tenemos 30 años o más, aquel ícono al que sólo se podía odiar u adorar por aquel chiste recurrente del pastelazo y los golpes “accidentales” que recibía y a veces propinaba, con aquel humor que durante años y años acompañó a los cómicos que aparecían en la TV de los años 80’s. Un ícono que por casualidad era asociado con el protagonista de aquel juego de 8 bits, del cual nadie en México sabía su verdadero nombre por tener una presentación en japonés, y al cual se le bautizó coloquialmente como: “El Juego del Capulinita”, aquel juego que hasta que apareció en la primera consola de Nintendo (NES) nos hizo saber que se llamaba “Adventure Island”, mismo que se volvió todo un clásico entre los entonces niños que a escondidas acudíamos a las maquinitas del vecino a gastarnos aquellos domingos y cambios no devueltos a nuestros padres.
El juego en sí, era una historia simple: un ser perezoso, regordete, vestido únicamente con taparrabo y una gorra blanca, que habitaba en una isla aparentemente desierta a quien le había sido arrebatada su amada mientras él dormitaba. El juego consistía en ir combatiendo con tu martillo prehistórico, y en ocasiones especiales una patineta, a los feroces caracoles rosas que se interponían en tu camino.
Como buen juego de 8 bits, la música era repetitiva, al igual que los paisajes, mientras que el nivel de dificultad representaba todo un reto al irse incrementando conforme avanzabas y contar con un reloj de tiempo. Tres vidas no eran suficientes para completar tu misión, aunado a la presión psicológica que ejercía la fila de niños que esperaban a que “te mataran” para poder empezar ellos su propia aventura.
Es así como la gran Aventura en la Isla hacía los niños llegáramos 30 minutos o incluso una hora más tarde a nuestras casas, argumentado que la fila de las tortillas no avanzaba. Todo esto para saber hasta dónde llegaríamos esta vez con una sola ficha.
Descanse en Paz Gaspar Henaine “Capulina”.
Gracias Adventure Island.